Emigrar: “cuando quiero llorar…”

“Nadie te prepara para emigrar”. Frase de @antociano que quedó en mi cabeza y que he reflexionado por varios días. Tiene razón. Nadie lo hace. Amigos y conocidos que han pasado por el mismo proceso, por diversas razones y por diversos lapsos (estudios de postgrado, intentos infructuosos de salir corriendo de Venezuela, intercambios estudiantiles, el clásico “estudié inglés en Canadá”, etc) te advierten de la nostalgia que te arropará incluso el día más soleado (porque claro, pensarás en la playa) y de la tristeza que sentirás en plena tormenta de nieve, aunque sea la primera de tu vida (porque claro, pensarás -de nuevo- en la playa).

Otros, los más experimentados, te comentan lo importante que es tener un círculo de amigos, esos con los que intentarás tener la vida social acostumbrada de tu ciudad natal (Caracas-Venezuela, en mi caso, o para ser más específica, Los Chinos y Tasca Juancho, Doors, no sé) y de lo imprescindible que se convierte que, en el menor plazo posible, tengas ya actividades a las que acudir y cosas por hacer. “Tus cosas, tus planes”.

Los consejos de los panas y de los otros, que agradeceré siempre, te dan sólo un abreboca de lo que significa emigrar. Emigrar es LLORAR y que jode. “Cuando quiero llorar…”, lloro y cuando no, aparece una bandera de Venezuela en algún rincón de esta hermosa ciudad y…vuelvo a llorar. Parece una tontería, pero sí: la nostalgia te arropa y la tristeza llega.

No hay muchas opciones ante el “llanto eterno” en el que pueden convertirse los primeros meses de emigración. Cuando dejas tu país, tu MAMÁ, tus AMIGOS y el Ávila, sólo te queda respirar profundo y tener mucha paciencia. Encontrarás a tu alrededor, cualquiera sea tu destino, cientos de cosas por disfrutar. Además conseguirás miles de argumentos que te servirán para agradecer -y reafirmar- la decisión que tomaste, porque no por capricho se deja la zona de comfort con la que vives en tu país de origen (por muy jodida que esté la cosa). Pero, a veces, ni siquiera las miles de razones, que se convierten en un bienestar palpable, parecen suficientes. Y vuelvo a llorar.

Pero no todo es malo. Llorar tiene sus recompensas, creo. Puedo -y debo- confesar que hay muchos aspectos de este proceso que estoy disfrutando increíblemente. Algunos tienen que ver con la “gracia” de estar en un país de primer mundo, pero, paradójicamente, lo que más agradezco es la posibilidad que tengo de compartir con gente de otras culturas, personas que también vienen del “tercer mundo”, que viven y narran sus vidas día a día, como inmigrantes. Ellos -hasta los chinos- me han confesado que también lloran.

Quisiera en los próximos días profundizar sobre las cosas que he ido conociendo/aprendiendo de los nuevos vecinos de pupitre, de los que consigo en el autobús o de los que observo en cualquier calle. De los québécoises y la cultura “francesa” que se respira en la bella Montréal.

PS: sí, en inglés. Al fin abro este blog, después de año y medio de estar sólo en 140 caracteres. Espero sea de su agrado lo que aquí leen. Algunos post serán de economía (mi humilde y no experta opinión), pero muchos serán sólo reflexiones y aromas. El PS, como dije, en inglés, es porque aspiro esta sea una ventana también para practicar los idiomas. Críticas y sugerencias, todas bienvenidas.

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  1. #1 by Suhe on February 7, 2011 - 11:25 PM

    Eeeeehhhh la mana hizo lo que a mi me ha costado un mundo: abrir un blog… Bueno, lo abrí pero aún no hallo qué escribir en el. Nada manis, el llanto forma parte de ese proceso. A mi me tocaba los miércoles puntualmente a las 2:00 de la tarde, para lo único que soy ordenada! Jejeje Tienes una vida fina, un esposo que te adora y unos amigos que te iremos a visitar. Ah! Y a tu mamá ya la tendrás metida en tu casa en menos de lo que canta un gallo, así que pa´lante =)
    Miss you y que viva la tecnología!!

  2. #2 by Jamsg on February 7, 2011 - 11:30 PM

    Soy un poco más adicta de lo que parece a los blogs de inmigrantes. Leo un montón de éstos y te dejo una frase que me plasmó bien esa sensación: “Tenemos la indignación intacta por lo que pasa en donde ya no se está y la indignación nueva por lo que pasa en donde se está ahora”. Para que curiosees un rato: http://haypersonasquemequierollevar.blogspot.com/2010/10/tenemos.html

  3. #3 by Syl on February 8, 2011 - 1:54 AM

    ¡Ya era tiempo! ¡bienvenida a la Blogalaxia, como la llaman algunos!

    Como te dije una vez vía Twitter, la tasca y los chinos (y todo lo que significan) están ahí, sólo esperando que regreses a visitarlos. Tienes lo mejor de los dos mundos en tus manos =) Solázate en descubrir nuevas experiencias, nuevas personas, olores, paisajes, luces, sabores. Recuerda que no estás tan lejos de tu Ávila porque en esta era todos estamos a un click/avión/tweet/llamada/skype/pin etc. de distancia. El llanto te recuerda la patria que está lejos, pero eso es sólo Geografía porque la patria la llevas contigo. Sois Joyeuse, mon amie!

  4. #4 by Gaby Aguzzi on February 8, 2011 - 7:57 PM

    Miss u Suhe! Anímate. Vamos. Sí se puede!

    Marga, gracias por el aporte “inmigrante”. La frase que comentas es lo que pienso a diario, cada vez que alguien desde Venezuela critica el hecho de que siga pendiente de las cosas que allá pasan. Es tan difícil sentir tu identidad intacta, porque siempre seré venezolana, y al mismo tiempo sentir que te critican por eso, porque “emigré”. La carga sicológica es fuerte también en ese ámbito, pero espero en los próximos días escribir un poco más sobre eso, De nuevo, gracias por el blog.

    Dark Swan: jejeje. Increíble que siempre te digo dark swan. Como te dije aquél día, tienes razón. De alguna manera, en mi lloradera de post, comento que todo tiene su recompensa y es precisamente lo que dices: los nuevos aromas (no muy gratos algunos, jejejeje), los nuevos paisajes, las nuevas personas. Todo, desde ese aspecto, es muy tripa y alimenta el alma.

    Seguiremos en contacto por las vías conocidas, a las horas conocidas (siempre, pues). Un abrazo a las tres.

  5. #5 by AnaMelissaZ on February 9, 2011 - 10:30 PM

    Lo amé!!! Tienes demasiada razón…. A mi la depresión me llegó unos meses más tarde (ahorita, puej). Eres un pedacito de Venezuela para mi 🙂

  6. #6 by hijo on March 12, 2011 - 8:10 PM

    lo único malo con llorar es el maquillaje que corre y el moquito que se asoma insistente. las ganas de llorar no son otra cosa que el sentido de pertenencia a algo más grande que tú, y que no funciona igual sin ti.

    llorar es homenaje, llorar es ser y estar aquí y allá. llorar allá te hace omnipresente. más aún, omnisciente! pues sabes que de aquí no te fuiste y no te vas.
    el corazón no es de barro, mi gaby. una huella en él no se borra con el agua o con el tiempo.

    lamento haber llegado tarde la blogo. ya iré poniéndome al día!

    (me gusta mucho lo que veo)

    • #7 by Gaby Aguzzi on March 13, 2011 - 6:58 PM

      Gracias. Volví a llorar, pero sonriendo. Y no es #poesiaurbana.

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