Conflicto en el Oriente Medio: alza de precios, ventaja para el “socialismo” y ¿desventaja para Venezuela?

El mundo ve, otra vez, como los conflictos en el Medio Oriente repercuten en occidente. El alza en el precio del petróleo ha sido noticia durante las últimas dos semanas y las consecuencias ya se sienten en las economías de países de primer mundo, cuyas autoridades ya encienden las alarmas y toman (ciertas) medidas para contrarrestar los efectos del incremento en los precios.

Por estos días, si bien los ojos del planeta han estado puestos sobre los acontecimientos de Túnez, Egipto y Libia, otros, con lupa, evalúan las consecuencias del incremento del costo del crudo, de la gasolina y del transporte, que, como si fuera poco, se une a un alza general en los costos de las materias primas. Pocos se atreven a sentenciar lo que ocurrirá en las próximas semanas, pero ya existen algunos datos de lo que ocurre en buena parte del mundo.

En España, por ejemplo, el Instituto Nacional de Estadística dio a conocer que la inflación de ese país tuvo una variación de 3,6% en febrero, mientras que la gasolina ya asciende a 1,285 euros por litro. Para los periodistas de El País, no hay duda que el costo del combustible continuará en ascenso. No extraña entonces que las autoridades gubernamentales hayan lanzado un “paquete de medidas energéticas” entre las que destaca la disminución del máximo de velocidad permitido en las autopistas. El único fin: ahorrar gasolina. Recordemos que España es de esos países de la Unión Europea que aún no levanta cabeza después de la crisis financiera mundial, y que muchas de las proyecciones indican que faltan más que un par de años para que eso suceda.

El precio de la de 88 octanos bajó 5 centavos hoy 5 de marzo

En Estados Unidos el panorama tampoco pinta bien. El aumento en los precios del crudo ya comienza a surtir efectos en una economía que recién acaba de dejar en el pasado la recesión generada por la crisis (según lo dijo el propio Presidente Obama en el State of the Union Address), pero que muchos todavía cuestionan. De acuerdo a un trabajo publicado por The Atlantic, el aumento en los precios sin duda debilitará el consumo, mantendrá a raya el mercado inmobiliario y golpeará el negocio turístico.

Mientras tanto, aquí, en Canadá, el precio de la gasolina ya ronda los 1,30 dólares por litro. Llenar el tanque de un Pontiac G5 implica desembolsar 65 dólares (para los que no hay Cadivi, por cierto) y, aunque el Gobierno del Primer Ministro Stephen Harper, aún no dicta medidas especiales para combatir el encarecimiento general de precios que implica el aumento de la gasolina y del transporte, el plan (de casa) es el mismo que el de España: ahorrar gasolina.

¿Y en Venezuela, qué pasa?
Bueno, todos sabemos que, por ahora…por ahora, no habrá alza en el costo de la gasolina (es tema para otro post) y que no es necesario un conflicto en el Oriente Medio para que el precio de bienes y servicios se mantenga en ascenso (son otros los problemas y son estructurales). Más bien, el conflicto en Túnez, Egipto y Libia generará unos cuantos miles de millones de dólares más que, como ya es costumbre, no están en el Presupuesto y que, como ya es costumbre, vendrán a alimentar un “pote” de ingresos adicionales que permitirán la “profundización” del “socialismo” (las comillas en sentido irónico, no es profundización, sino más bien radicalización, ni es socialismo).

Hay dos opciones para el uso de esos ingresos adicionales: el Gobierno de Chávez podrá pagar deuda, hacer inversiones reales, recuperar las reservas internacionales y todas las cosas que quedan por hacer en la Venezuela de la “transición al socialismo”. Pero el Gobierno de Chávez también podrá sacar provecho de la desgracia del Oriente Medio para extender su existencia, para comprar votos -como dice un gran economista amigo- y para continuar con un plan que aleja al país, cada vez más, de una verdadera democracia. Un conflicto en tierras ajenas que es exprimido al máximo para sacar ventaja y hacer, del mismo hecho, una desgracia. ¿Qué opción tomará Chávez, sus monjes y compañía? No lo tengo claro.

Gracias, Ángel.